Como cada 5 de diciembre, en este día Internacional del Voluntariado, queremos agradecer la valiosa labor, dedicación y entrega de nuestros voluntarios, reflejo vivo de la misión hospitalaria que compartimos. Son más de 850 personas voluntarias en los centros de Hermanas Hospitalarias quienes, con vuestro tiempo, esfuerzo y corazón, transformáis vidas al practicar la hospitalidad y acercar la misericordia a las personas que atendemos.
Este año, Naciones Unidas nos invita a reflexionar sobre la riqueza de la diversidad bajo el lema «Diversidad en el voluntariado, comunidades más sólidas«. Cada uno de nuestros voluntarios, con su singularidad, contribuye a fortalecer las comunidades que servimos. El voluntariado, en su esencia, une generaciones, culturas y experiencias para abordar los desafíos más urgentes como, las desigualdades y conflictos sociales o el cambio climático.
En la diversidad del voluntariado encontramos la fortaleza necesaria para construir un mundo más justo y solidario. Su servicio desinteresado y altruista, permite a las personas y comunidades participar activamente en su propio desarrollo, y contribuye a construir una sociedad más humana y solidaria, generando puentes que superan las barreras del sufrimiento, la vulnerabilidad y la exclusión.
Acabamos de celebrar el II Capitulo Provincial con el Lema “Revestíos de entrañas de Misericordia”, que nos acompañará y guiará nuestra acción hospitalaria durante el próximo sexenio. Nuestros voluntarios, son el reflejo de esa misericordia cuando acompañan a quienes más lo necesitan. Cada gesto que realizan, por sencillo que parezca, cada sonrisa y palabra que ofrecen son testimonio vivo de nuestra misión: revestirnos de entrañas de misericordia para servir al prójimo con generosidad. Todas sus acciones son testimonio del poder transformador del voluntariado, capaz de generar una cultura de solidaridad intergeneracional y sostenible.
Este año, hemos celebrado también el 25 aniversario de la canonización de San Benito Menni, fundador de nuestra Institución; cuya vocación de servicio comenzó precisamente desde el voluntariado. Su ejemplo nos recuerda que cada pequeño gesto puede ser el inicio de un camino de amor y compromiso que transforma el mundo. ¡Que su vida os inspire a seguir siendo luz y esperanza para los demás!
Queremos también agradecer a las hermanas y colaboradores que acompañan a nuestros más de 850 voluntarios en esta misión y apoyan su integración en la vida de nuestros centros. Juntos, hacemos realidad la hospitalidad y acercamos misericordia a quienes más lo necesitan.
