Te damos la bienvenida al centro sociosanitario de Hermanas Hospitalarias en Palencia
Es una tarea complicada condensar en unas líneas la trascendencia de tantos años cuidando a personas con abnegación y espíritu de entrega. Años y vivencias personales de una obra hecha realidad, de un lugar como el Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias, que lleva escritas cientos de páginas de la historia de la ciudad de Palencia. Estas páginas quieren resumir, a través de datos y fotografías la vida en una pequeña ciudad, nuestro centro hospitalario y hogar.
Durante el siglo XX, la ciudad se ha transformado, como no podía ser de otra forma, pero sus gentes siguen respondiendo al mismo perfil afable, hospitalario y entregado que el Fundador y las primeras Hermanas Hospitalarias encontraron cuando llegaron aquí.
Siempre desde una visión integral de la persona atendida, y siempre focalizando nuestro interés en aquello que la sociedad nos demanda en cada tiempo y lugar; necesidades no suficientemente cubiertas, que entidades no lucrativas con su esfuerzo, apuntalan para hacer posible esa tan necesaria cohesión social.
Por muy extensa que sea esta web, nunca llegará a recoger la vida de un Centro donde se juntan a diario más de 1.200 personas –entre usuarios, trabajadores, familiares y voluntarios–. Es difícil describir la actividad desarrollada, los matices que dan color y vitalidad a la labor cotidiana, la riqueza vivida, los gestos sanadores, las palabras de consuelo, el esfuerzo y el trabajo de todos, para ofrecer a nuestros usuarios los mejores cuidados con una esmerada calidad profesional y humanidad.
Podemos afirmar que, gracias al esfuerzo compartido, a la fortaleza que da la capacidad técnica de nuestros profesionales, al deber bien cumplido, a la labor ejercida en corresponsabilidad, hacemos algo difícilmente cuantificable que suma ya una experiencia de más de 130 años en el campo de la salud.
Muchas gracias,
Sor Mª Luisa González, Superiora.
D. Javier Arellano López, Director Gerente.
Es difícil describir la actividad desarrollada, los matices que dan color y vitalidad a la labor cotidiana, la riqueza vivida, los gestos sanadores, las palabras de consuelo, el esfuerzo y el trabajo de todos, para ofrecer a nuestros usuarios los mejores cuidados con una esmerada calidad profesional y humanidad